I'll hold you close when things aren't so bright. ♥

Cuando yo digo algo, siempre trato de cumplirlo. Y acá estoy intentando cumplir mi promesa. Por empezar, vamos a dejar algo claro. Vos no sos mi mejor amiga por un sólo y sencillo hecho. Vos sos como una hermana para mí, y lo sabés perfectamente. Lo cuál no quiere decir que seas más que mi mejor amiga, ni menos que ella. Simplemente son distintas. Digamoslo así... Un hermano siempre está ahí para ayudarte aunque no esté con vos físicamente, aunque estén peleados, aunque se lleven mal, aunque haya rencores, o aunque sean los peores hermanos de la historia. Y un amigo no. Un hermano está siempre vigilando por lo bajo al otro, tratando de que no le pase nada y deseándole siempre lo mejor. Un hermano está pendiente de todo, por más que no lo veamos en años. Un amigo no. Y por todas esas cosas, y más, vos sos mi hermana pequeña. La más hermosa y dulce. La más torpe y despistada. La más tierna y compradora. Esa hermana a la que vi crecer, a la que vi convertirse en toda una señorita, y a la que acompañé en ese crecimiento. Y no es sólo eso. Un hermano es esa persona con quien más confianza tenés. O una de ellas. Es todo eso y mucho más. Y vos sos todo eso. Aún teniendo en cuenta todo lo que pasamos y lo que no. Por más que hayamos obrado un poco mal nuestro rol de hermanas y hayamos desaparecido por un tiempito. Por más que, quizás, alguna vez hayamos deseado lo peor para la otra, o directamente lo hayamos llevado a cabo sin darnos cuenta. Los hermanos también cometen errores a veces. Y creo yo que la única cosa que pudo remediar esos errores, fue el habernos conocido y el habernos dado cuenta de nuestra condición. El haber podido aceptar a la otra (una con sus delirios de prolijidad y la otra con su poca femineidad) y haber podido llegar a esa hermosa conclusión. El saber desde chiquitas que estamos unidas por ese fuerte lazo eterno de la hermandad. Te amo, Yanu. De verdad y como a pocos. Y gracias por volver y hacerme feliz a diario. Sos única.