Tengo muchos temas de qué hablar. Y ninguno se relaciona con el otro. Pero voy a empezar por el primero que recordé. Viene con cuentito incluído, para el que quiera entender un poco más mi quilombo interno. Bueno, resulta que regresaba yo a mi hogar un domingo a eso de las 8 de la noche y, mientras caminaba, me choqué con un tumulto de gente que iba en dirección contraria a la mía. Cabe aclarar que vivo casi lindando con una parroquia y cada tanto tengo que ver este episodio de por sí desagradable. Hace un tiempo ya que soy atea. Dejé de creer en Dios hace mucho. Diría yo, desde que empecé a ver las injusticias del mundo, desde que empecé a darme cuenta que si ese ser todo poderoso existiera realmente no permitiría todo aquello que en ese momento pasaba, tanto frente a mis ojos como en algún remoto lugar que nunca conocí ni conoceré. Antes de todo eso era devota a Dios y todo aquello que se relacionaba con él -iglesia incluída-. Por más que nunca fui bautizada, nunca hice catequesis, nunca fui a misa un domingo, ni ninguna de aquellas formalidades, me consideraba creyente y católica. Pero un buen día me puse a pensar en lo que la iglesia representaba. Entré en razón de que era el símbolo más poderoso del mundo. Más fuerte que cualquiera de los imperios que puedan manejarnos, más imponente que cualquier figura pública, más invencible inclusive que la misma fe. Pensé que si Dios realmente existiera no solo no dejaría a toda esa gente en la ruina, sin ninguna posibilidad de salir adelante, sino que no sería tan injusto de brindarle todo el poder, los beneficios y la riqueza a unos pocos. Y era eso lo que efectivamente sucedía. Y fue lo que siempre ocurrió, de hecho. Historicamente la iglesia impuso su pensamiento, rigio a toda la sociedad y castigó a quienes se oponían a su prédica, argumentando ser los intermediarios entre Dios y la Tierra. Y, sin embargo, como bien se sabe, los sacerdotes violan chicos y la cúpula del vaticano está revestida en oro. ¿Qué es eso acaso? ¿Un acto de auto-bondad por todo lo "bueno" que hacen por la humanidad? Todas estas cosas me desligaron de la iglesia y los ritos que impone. Y, a su vez, de Dios, que, en el caso de que existiera, permite en primer lugar que este tipo de cosas pasen. Cuando comprendí todo eso, llegué a discutir con varios acerca de las contradicciones de la iglesia. Con el tiempo me di cuenta que la gente necesita creer, cuando ya nada le queda, y se aferra a lo único que nunca se pierde, que es la fe. Por eso no tengo nada contra los cristianos (o católicos o creyentes o como quieran llamarse). Simplemente le tengo bastante rechazo a los de mi barrio, volviendo al hilo de mi relato. Gente de plata y de alto nivel económico, a diferencia de mí, que cada domingo va a la parroquia para cumplir con las formalidades, para figurar, y se revisten de pies a cabeza con sus ropas más caras. Pero aquel domingo vi a alguien, a una sola persona que llamó mi atención. No era como el resto, era humilde, y estaba ahí, entre tantos otros distintos a ella. Caminaba con esperanzas de que algo podía cambiar, de que su fe esta vez la iba a ayudar. Los demás simplemente iban, desanimados, con tedio, para seguir con su rutina, para continuar solucionándolo todo con dinero. Porque para ellos la fe ya no significa nada más que eso, una tradición, una costumbre. Por eso odio la religión católica. Porque permite las desigualdades, porque no se inmuta ante las carencias del mundo. Si todos son hermanos, tal como ellos dicen, ¿qué son los pobres? ¿las ovejas negras de la familia? Creo que ellos también merecen algo más. Y creen, creen más que ningún otro en que la iglesia los puede ayudar. En que las fe les va a quitar todos sus males. Pero lamentablemente eso no pasa. Y miles de personas, miles de católicos, miles de "hermanos" mueren día a día por no poder comer. Sufren porque poco a poco van perdiendo toda esperanza de vida. Y es indignante ver como solo pocas personas están o estuvieron realmente involucradas con su religión, fueron efectivamente solidarios con el prójimo, marcando realmente una diferencia en el mundo. No como muchos que ensucian el nombre de "Dios". Es, como bien proclama el dicho, haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago...
domingo, 20 de septiembre de 2009
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1 comentario:
Lei esto y quedé impresionada, se prodria decir "me dejaste con la boca abierta", Mirá, soy muy catolica, mi colegio es hiper-catolico, pero TENES RAZÓN en las cosas que decis (en algunas no, pero cada persona, un mundo) .
Un beso (:
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