Sí, efectivamente, porque hoy se cierra un ciclo y toda esa bola que estamos acostumbrados a escuchar de más chicos; típicas cosas que le dicen a los más grandes. Es raro llegar a ese punto en el que te lo dicen a vos, y vos ves cómo todo pasa frente a tus ojos y es como si no fueras vos al que todos estan mirando disfrazada, cuasi desnuda, o llena de pintura, caminando por los pasillos del colegio o por la calle. Es más dificil aún pensar que el año que viene ya no vas a ver esas paredes grises, esas ventanas, ese patio, y esas caras que viste durante quince años ininterrumpidos. Se te hace dificil pensar que vas a estar perdida por ahí, en el anonimato de la Universidad de Buenos Aires, donde nada es lo mismo, donde ya nadie te respalda y tenés que hacer la tuya o perecer en el intento. Es dificil imaginar un lugar en donde no haya nadie conocido, ni amigas, ni compañera de banco, ni profesores que saben quién sos, de dónde venís y, si de ellos depende, a dónde vas también. Es también dejar atrás a esos que se quedan allí, y todos los recuerdos que las paredes de ese colegio que tanto padecimos por muchos años guardan. Fueron tres años de descubrimientos, de juegos; siete años de inocencia, de estudio; by cinco años de amigos que fueron y vinieron, de un mundo completamente distinto que encontramos. Y hoy ese mundo se abrió definitivamente y pasamos a la próxima etapa, para la cual nos vinimos preparando dieciocho años. Y aunque todas las mañanas hayamos detestado entrar a clases y ver siempre las mismas paredes grises, las mismas ventanas, el mismo patio y las mismas caras, hoy que ya todo eso pasó podemos entender realmente cuánto vamos a extrañar esa rutina y esa continuidad. Va a ser raro ya no ver más MI colegio, pero supongo (mejor dicho, deseo) que voy a decir lo mismo en muchos años cuando termine la carrera y le cuente a mis hijos que pase los mejores quince años de mi vida, en el Lenguas Vivas, ese de la Plaza Las Heras, entre Juncal y Salguero, que se llevó con él los mejores y los peores momentos de mi vida...
martes, 7 de diciembre de 2010
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