balance dosmilnueve.

Y se va el 2009, como ya se fueron 17 años anteriormente en mi vida. Sin embargo este fue distinto. O quizás no tanto, pero fue uno de los peores, sin lugar a dudas. En lo escolar, un año más que mediocre. Cuarto año no fue efectivamente lo que yo había imaginado. Fue relajado, si. Pero me confié demasiado y no me fue del todo bien. Aunque a fin de cuentas solo me llevé una materia -que aprobé con 9 en diciembre-. Mi curso dejó bastante que desear -y no esperaba otra cosa de él-, pero a su vez me hizo de gratas y nuevas compañías, no tan nuevas en la mayoría de los casos. Fue un año bastante movido. Fue un año de constantes luchas, de pérdidas, de nuevas experiencias. Fue un año más en el que crecí y maduré como persona. Nada queda por decir del ámbito amoroso, creo que es mejor olvidarlo o, mejor dicho, pasarlo por alto. Con el tema familiar estamos bastante mal, pero como quien dice, los trapitos sucios hay que ventilarlos en casa, y en casa van a quedar (por lo menos los que nunca salieron a la luz). Sólo digamos que esa fue mi mayor decepción del año. No poder haber disfrutado de mi familia como hubiera querido, y no sentir el apoyo necesario durante este dosmilnueve. Y ahí entran ustedes, mis amigos, los que me bancan siempre y los que me bancan de a ratos, o por qué no, los que nunca me bancan pero de tanto en tanto están ahí para sacarme alguna sonrisa en el momento preciso y sin saberlo. Muchas fueron las personas que compartieron este año conmigo. Como siempre, uno se distancia de algunos y se aferra más a otros, pero por suerte la mayoría nunca me dio la espalda, estuvo para mí y me dejó entrar en su vida al menos un poquito. Pude confiar en ustedes y aprendí a no confiar en aquellos que me lastimaron. Por eso creo que este año realmente crecí más que otros, porque fueron varios los golpes que me dio la vida, y gracias a ustedes y a mí, logré ver más allá y sobreponerme a todo obstáculo que se me interpuso. Ustedes fueron mi apoyo más grande, mi motivación este año. Por más que lo haya tratado mal –lo admito-, los necesité más que nunca y estoy híper agradecida de que hayan estado ahí para abrazarme, besarme y decirme que todo iba a estar bien, como si fuera una nena chiquita. Porque eso fui este año, una nena caprichosa, consentida e inocente que se dejó llevar. Pero que de eso aprendió, si, y mucho. Fue un año que pasó volando, y en eso concuerdo con todos. Un año que se llevó a una Camm y trajo a otra sumamente distinta. Un año que sin ustedes no hubiera logrado aguantar, con los que vinieron, los que siguen y los que fueron. Mil gracias por este año de risas, de enfrentamientos, de besos, abrazos y caricias, de gritos, de euforia, de rutinas. Sepan que aunque no fue mi mejor año, me llevo conmigo mil recuerdos hermosos junto a ustedes, y espero que sean muchos más.



A todos los que me acompañaron, ya sean meses o años, ¡GRACIAS! 
Feliz año nuevo a todos.